¿Cómo viven?: Estos
animales se caracterizan por tener una doble vida: pasan gran parte del año
en tierra, donde conciben y paren a sus crías, y cambian su pelaje (mudan); y
parte del año en el agua, donde se dispersan y se alimentan.
La dieta se
integra principalmente de peces, como corvina, anchoíta, mero, merluza y
abadejo, como así también de calamares. Una característica en la alimentación
de los lobos marinos, es que pueden ingerir piedras para ayudar a triturar
los peces.
Son gregarios y se concentran en grandes grupos
formando colonias o apostaderos.
Durante la primavera, los machos son los primeros en
llegar a tierra. Luego llegan las hembras. Al poco tiempo, las hembras tienen
un único cachorro el cual nace después de casi un año en el vientre materno.
Cuando las madres tienen hambre, se introducen en el
mar a buscar alimento y dejan a sus cachorros en la playa, junto con el resto
de la colonia. Cuando regresan pueden reconocer y localizar a sus crías por
el olor y el sonido de sus voces.
Los cachorros al alimentarse de leche materna, que es
muy nutritiva, crecen rápidamente en las primeras semanas de vida y logran
las fuerzas suficientes para seguir a sus madres en el viaje que emprenden
por el mar. Las crías son amamantadas en tierra durante aproximadamente un
año.
Las colonias reproductivas se organizan en harenes,
cada uno formado por un macho dominante, llamado sultán, que posee un
territorio propio y un número variable de hembras a su alrededor.
Los sultanes o machos dominantes pelean con otros
machos (que no son sultanes) para mantener las hembras de su harén y que no
se las roben. Muchas veces en medio de estas agresivas luchas llegan a
aplastar a los cachorros recién nacidos.
Durante todo
el período reproductivo, los machos no se alimentan y casi no duermen,
pasando la mayor parte del tiempo cuidando y defiendiendo su territorio y sus
hembras de otros machos. Los machos sin hembra suelen protagonizar ataques
masivos a los grupos reproductores a fin de obtener hembras y eventualmente
aparearse; estos episodios son muy violentos.
Un comportamiento normal es verlos nadando junto a ballenas francas del sur y
asociados a delfines oscuros.
Se observa un comportamiento de interacción de los lobos marinos de un pelo
con las pesquerías, tanto aprovechando el pescado que es descartado por los
barcos pesqueros, como por la captura de los peces atrapados en las redes.
Son muy buenos buceadores: bajan a profundidades de
170 metros y pueden estar sin respirar más de 7 minutos.
Muchas veces los lobos marinos van a comer los peces
de las redes de los pescadores y las rompen, quedan enredados y se lastiman.
Los lobos marinos de dos pelos fueron cazados por el
hombre, durante muchos años, para utilizar su piel y su grasa. La mayor
explotación fue realizada por la industria peletera.
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